Me voy a Europa, me voy a Euronext
Características y adversidades a la hora de invertir en Europa
Con la subida de la bolsa de los Estados Unidos, la semana pasada vendí algunas posiciones. Empresas como Vimeo o Sylvamo se revalorizaron. Y aunque considero que mantienen potencial, ya he registrado plusvalías suficientes (y en poco tiempo), como para deshacerme de una parte de la inversión.
Esto me ha llevado a acumular un buen cojín financiero, que me gustaría dedicar a otra parte. Al ver el dólar tan disparado, quiero cruzar el charco y centrarme un poco en Europa.
Esto me ha llevado a Euronext. El monopolio bursátil que gestiona las bolsas de París, Ámsterdam, Lisboa, Dublín, Bruselas, Oslo y Milán. Incluso durante una época se estuvo especulando sobre la posible entrada en España, con la adquisición de Bolsas y Mercados Españoles. Aunque esta última acabó en manos del grupo suizo SIX.
Hay distintos motivos por los cuáles me cuesta entrar en los mercados gestionados por Euronext. Y, mucho más, cuando se trata de invertir en smallcaps.
En Norteamérica, cualquier empresa que cotice en un mercado de capitales regulado, debe dar cuentas a la U.S. Securities Exchange Commission (la SEC). Dependiendo de su dimensión, cuentan con distintos tempos para informar al mercado de su situación. E incluso algunas están exentas de facilitar algunos detalles sobre sus cuentas.
Pero todas las empresas cotizadas (no las pink sheet) pasan por el cadalso de la SEC. Deben presentar trimestralmente sus estados financieros. Y la información contenida en ellos es homogénea con los datos del resto de cotizadas. De este modo, a un inversor le es más fácil familiarizarse con la documentación, puede compararla fácilmente y, además, puede acceder a ella mediante una sola base de datos1.
Vámonos a Euronext…
Lo de Euronext es un sálvese quién pueda. Se ve a simple vista, con el diseño de la página web, la presentación de los datos, lo mal que se presentan los gráficos… Esto es solo el preludio de lo que esconde detrás este gestor de bolsas. De las facilidades que ofrece a los compañías para cotizar y de como cada empresa hace un poco lo que quiere.
Lo que a mi más me preocupa es que cuando más pequeña es una compañía, más libertad de acción tiene en Euronext. Pues puede presentar los resultados más tarde, solo le piden los estados semestrales…
En los círculos financieros justifican estas reglas más laxas porqué se trata de negocios con pocos recursos, que aún tienen que despegar. Es la razón principal porqué Euronext ofrece el segmento growth, que es un ecosistema adaptado a las smallcaps, dónde los reguladores oficiales apenas tienen jurisdicción. Y la inyección de información al mercado se hace mal y con cuentagotas.
Esta situación es la panacea de directivos y (porqué no decirlo) de estafadores. Mientras que, a la vez, aumenta significativamente el riesgo de los inversores particulares.
Las smallcaps cotizadas en Euronext están obligadas a informar semestralmente de sus resultados. Y pueden hacerlo con un retraso significativo respecto el cierre. No hay un formato estándar para la presentación de la documentación, que se hace en “pdf”. Y, si un particular quiere acceder a ella, mejor dirigirse a la página web de cada empresa.
Acceder a la información veraz de cada compañía requiere un plus de esfuerzo.
Por ejemplo, esta última semana mismo he estado estudiando un fabricante de yates de Francia que cerró su ejercicio contable en agosto. Pero, gracias a la facilidades de Euronext, no presentará los estados auditados hasta mediados de diciembre (!). Y los publicará en el apartado de “Juntas”, que me costó lo mío adivinar que estarían allí.
El juego del mercado
En teoría, el funcionamiento de los mercados de capitales debería sustentarse en los principios de libre competencia o de competencia perfecta, que son los siguientes:
Libre entrada y salida de participantes
Liquidez
Todos los participantes del mercado tienen la misma información
En base a estos principios, se forman los precios del capital de las empresas, que deben incorporar toda la información disponible en cada momento. Teóricamente, las cotizaciones deberían reflejar el valor de un negocio como consecuencia de la entrada y salida de partícipes, liquidez y simetría de información.
En Euronext, así como en el BME Growth español, la condición de libre entrada y salida de partícipes se cumple (a rajatabla) y la de liquidez, de aquella manera2.
Al propietario de la bolsa lo que le interesa es que haya movimiento, con el objetivo de exprimir al máximo a los inversores con comisiones. Para ello necesita tantos partícipes como sea posible (demanda). Pero, también, un largo catálogo de empresas en las que invertir (oferta).
La entrada en los mercados de capitales debe ser apetecible para las empresas. La mejor manera para conseguirlo es parándoles la alfombra roja y haciendo que su entrada al parqué sea lo más fácil posible. Euronext les deja que se tomen el tiempo que sea necesario para publicar sus números, no les pide que informen explícitamente de las retribuciones de consejeros y principales directivos, ni tampoco ofrece un guidance específico sobre el formato de la presentación de los hechos relevantes, que terminan pareciéndose a notas de prensa.
Y, como el gestor quiere “cuánto más mejor”, el filtro de entrada es más bajo.
Dándome un paseo por Euronext he encontrado muchas compañías que he marcado en rojo; que cotizan por debajo de un euro, sin apenas ingresos, y con una acumulación de pérdidas increíble. Si encuentro algo que se escape de este panorama, y me interese, debo ir a la web corporativa dónde encontraré datos financieros más que caducados, en documentos “pdf”, y cada uno escrito según el estilo de un departamento financiero distinto.
Llevo años en el oficio y he leído cientos de documentos de este tipo. Puedo pillarme las manos con estas empresas “growth”3, pero soy consciente de lo que hay.
Para el aficionado sí que es un problema. El que acaba de empezar, debe saber que la mayor parte del juego bursátil europeo está preparado para que él (o ella) pierda. Los que ganan son los que manejan el casino y cobran comisiones: como Euronext y SIX (BME Growth). Pero también los negocios complementarios: las sociedades de valores, los proveedores de liquidez o los analistas sell side.
A sabiendas del tipo de juego al que me enfrento, voy a entrar. Solo porqué estoy convencido que encontraré empresas excepcionales que me darán rentabilidades de escándalo. Si no fuera por esto, ya me habría marchado corriendo.
Feliz miércoles!
Disclaimer: No tengo ninguna posición de mi cartera de inversiones en las empresas comentadas en el correspondiente informe.
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La base de datos de la SEC, también conocida como “EDGAR”, acrónimo de Electronic Data Gathering, Analysis, and Retrieval. Aunque yo siempre había pensado que el nombre estaba dedicado al que fue director del FBI, Edgar J. Hoover.
Queda fuera lo de la simetría de la información, que es harina de otro costal, y que dejo quizás para otro post.
Las llaman growth porqué vende mucho mejor, en lugar de llamarlas por lo que son: empresas pequeñas. Aunque estas cotizadas se encuentren en un “segmento de crecimiento”, como lo es también el BME Growth, hay una larga lista de negocios conservadores (consultorías, constructoras…) y que no han crecido nada en los años que llevan cotizando.