Los generosos repartos de dividendos y a cuenta de qué
Dividendos extraordinarios y otras limosnas para atraer inversores como osos a la miel
Coincidiendo con su presentación de resultados anual, Dawson Geophysical anunció un dividendo extraordinario de 0,32 dólares por acción, el pasado lunes. Se trata de un atípico reparto. Un rendimiento bruto de un 20%1, a corto plazo, para todos aquellos inversores que decidan entrar hoy mismo en la cotización.
Dawson no puede prometer tanto.
Para los que no estén familiarizados con la compañía, este es un (muy) breve resumen de la actividad de esta smallcap y sus últimos avances corporativos:
Dawson realiza prospecciones por encargo de suelos susceptibles de contener gas/petróleo, para su posterior explotación. O de terrenos que también puedan usarse como reservas de dióxido de carbono.
Dada su naturaleza, su generación de ingresos es cíclico y depende del volumen de producción de petróleo. Aún así, en comparación con otros actores del sector, no se ha comportado de forma espectacular; durante los últimos ejercicios sus ventas se estancaron, aumentó pérdidas, y su cotización cayó drásticamente.
Esta situación fue aprovechada por los hermanos Wilks, pródigos en el sector energético, quienes primero intentaron absorber la empresa mediante una precaria oferta de adquisición2. Luego, hicieron uso de su participación mayoritaria, para fusionar algunos de sus activos privados en Dawson3 . Y, finalmente, despidieron todo el equipo ejecutivo para sustituirlo por otro, afín a sus intereses.
Tras todo esto, el pasado lunes la nueva cúpula presentó unos resultados que no son ni mejores, ni peores que los anteriores. Más abultados en volumen, eso sí, gracias a la anterior fusión. Pero aún acarrean resultados en negativo.
Datos a parte, el verdadero colofón de la presentación fue un caramelo envenado: un dividendo extraordinario de 0,32 dólares4.
Espero que te guste este artículo, pero antes de continuar quiero comentarte una cosita. The Money Glory es un medio dedicado a las situaciones especiales de la bolsa (spin-offs, arbitrajes…) y otros análisis. Si quieres recibir información en profundidad sobre estos temas, te animo a que te suscribas:
Dividendos a cuenta de préstamos
Para contentar el parqué, Dawson Geophysical hará uso de casi todo el efectivo que tiene disponible. Repartirá alrededor de 9 millones de dólares, de los 10,7 millones de dólares que le quedaban en balance a 31 de diciembre, al cierre del ejercicio.
Si la generación de cash flows fuera boyante, este reparto tendría una buena justificación. Pues no erosionaría las cuentas. Pero este cojín financiero es clave, teniendo en cuenta que Dawson viene perdiendo dinero desde 2014, cuando el precio del crudo en los mercados internacionales se hundió.
Previsiones aparte, un reparto extraordinario de estas características tiene el efecto directo de aumentar el interés de la comunidad de inversores. En particular el de los que no estaban en la acción, ya que la visibilidad está garantizada. Solo el día del anuncio, la cotización aumentó un 20%.
Es lo que se llama popularmente “pan para hoy, hambre para mañana”.
No es la primera empresa que veo despilfarrar el dinero de este modo. Ni será la última. Hace unos años tuve la oportunidad de asistir al hundimiento in situ de un negocio, que seguía repartiendo dinero, a pesar de encontrarse en el peor de los escenarios.
No diré nombres. Solo una pista: se trata de una cotizada del parqué español, dedicada a la domótica.
A la antesala del confinamiento por pandemia, estábamos analizando su negocio, revisando sus fundamentales y valorando sus riesgos. En aquellos momentos la mayor duda era la duración del cierre de establecimientos y como afectaría esto en la cotizada.
A pesar de estas incertidumbres, el director general estaba empeñado en mantener su política de reparto de dividendos5. Un importe que suponía más del 50% de los beneficios publicados. Y había un problema más grave: a diferencia de Dawson esta compañía estaba muy apalancada y aumentaba sus créditos, a medida que distribuía el dinero (que no tenía) entre sus accionistas.
El resultado: la empresa es una de aquellas smallcaps zombies del BME Growth, que capitaliza menos de la mitad de su capitalización inicial.
Locos por los dividendos
Hay un segmento de ahorradores que tienen una gran devoción por cobrar un dividendo periódico. Les gusta recibir dinero “contante y sonante”. Si aparece un ingreso cada “x” tiempo en su cuenta, esto tiene que ser garantía de buena inversión.
Si este reparto va acompañado de un buen negocio, que crea valor y se traduce también en el aumento del precio de la acción, no hay nada que objetar. Actualmente, un ejemplo de ello es Clínica Baviera.
Pero, sucede muy a menudo, que la distribución de un dividendo no tiene consecuencias en la valoración en bolsa. Esto se refleja muy bien en los bancos españoles. Estas entidades se caracterizan por haber registrado un historial bursátil terriblemente malo, a lo largo de la historia financiera del país.
En cambio, se jactan de repartir millones de beneficios entre sus accionistas.
No solo es dinero que se va del negocio. Sino que, además, el inversor debe pagar impuestos inmediatamente por esta decisión. En conjunto, es una mala jugada. Si la inversión es en acciones nacional, la retención hace pupa. Pero, si son acciones extranjeras, el daño es mucho mayor. Pues hay que hacer frente a una doble retención.
En el famoso libro “Los outsiders: Ocho CEOs no convencionales y su modelo radicalmente racional para el éxito”, se hace un repaso de un selecto grupo de gestores que crearon valor para su empresa y compensaron muy bien a sus inversores.
Entre ellos está Tom Murphy (Capital Cities), Henry Singleton (Teledyne), Warren Buffett (Berkshire Hathaway) o John Malone (TCI y Liberty Media), por citar algunos.
En la fórmula del éxito de estos extraordinarios gestores hay varios ingredientes: la recompra de acciones, les adquisiciones selectivas… Pero el reparto de dividendo es un factor que pesa poco. O casi nada. En el proceso de creación de valor el reparto de dinero a cuenta de nada es síntoma de falta de ideas, de cansancio, o de ganas de ser querido por el parqué. Pero no es una buena señal.
Feliz jueves!
Disclaimer: En la fecha de publicación de este artículo tengo acciones de Dawson Geophysical (“DWSN”) y Clínica Baviera (“CBAV”) en mi cartera de inversiones.
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Rendimiento según el precio de cierre del 03 de abril de 2024
“Dawson Geophysical Announces Merger Agreement With Wilks Brothers, LLC”, 25 de octubre de 2021
“Dawson Geophysical Announces Asset Purchase Agreement With Wilks Brothers, LLC”, 24 de marzo de 2023
“Dawson Geophysical Reports Fourth Quarter And Year End 2023 Results”, 1 de abril de 2024
No tengo demasiado claro si este empeño respondía a intereses particulares o por pura ignorancia financiera. Como cualquier otro inversor, este directivo prefería recibir redundantes importes por su participación en la compañía, en lugar de reinvertirlo en mejoras para el mismo negocio.
Perfectament explicat 👍👍