Grifols, Brookfield y los juegos de intereses
La reestructuración que requiere Grifols, mejor a puerta cerrada
La retirada de la oferta de Brookfield para la adquisición (y exclusión) de las acciones de Grifols ha levantado los ánimos de algunos inversores de la compañía. Tras el anuncio hice un comentario en Linkedin sobre esta situación, tras lo cuál me advirtieron que mucho mejor así.
Según los comentaristas, ahora será un buen momento para hacer una ampliación de capital y solucionar el bache por el que pasa la empresa.
Hago un vago seguimiento del grupo, desde que analicé por primera vez la situación de Grifols como una posible oportunidad en una recuperación. Entonces, no había dudas sobre sus cuentas y aún quedaba medio año para que Gotham City Research lanzara su ataque.
Según mis notas, el grupo de biotecnología ha sufrido un incremento de su negocio sin precedentes en su historia. Lo consiguió a través de un cocktail clásico de adquisiciones y deuda. Con el detalle añadido que los negocios absorbidos quedaban fuera de su core business del tratamiento de plasma. Y, además, tenían un impacto negativo en la cuenta de resultados.
Por esta razón, Grifols necesita una reestructuración, que va más allá de despedir personal y una campaña de relaciones públicas de refutación de dudas.
Ejecutar este tipo de transformación con las acciones cotizando en bolsa, significa hacerlo en un escenario abierto. Un escenario viable, pero que es más largo y tedioso. Cualquier cambio está sometido a los siguientes actores:
La opinión pública
La regulación de los mercados
Los intereses particulares de los accionistas, sobre todo de los mayoritarios
La operación de Brookfield era de manual. Un clásico Leveraged Buyout (LBO) de toda la vida: la entidad hace una valoración por partes de la empresa y se da cuenta que valen más por separado que juntas. Por esto hace una oferta por debajo de la valoración. A la vez, emite deuda para financiar gran parte de la adquisición. Si la adquiere, desmembrará el negocio progresivamente y pagará los créditos1. Esto hasta quedarse con los segmentos que más le interese (estoy convencido que el de plasma). Y, quien sabe, si volvería a sacarla a bolsa de nuevo y con otro nombre (G. Plasma, por ejemplo).
La familia Grifols y muchos inversores defienden un precio mucho más alto para la adquisición de sus acciones. Y este ha sido el motivo principal de la confrontación y abandono de la oferta de Brookfield.
Es bien posible que el beneficio que obtuviera la entidad, después de hacer todo su proceso de LBO fuera muy elevado. Aunque también hay que tener en cuenta que para conseguirlo debía ejecutar todas las etapas comentadas. Proceso nada fácil en el escenario actual, con un consejo de administración familiar, que le ha cogido cariño al negocio, y que a la vez debe contentar a todos los accionistas y a los reguladores.
Tras rechazar la oferta de adquisición, no hay ofertantes a la vista. Para salvar los muebles, y pagar deuda, Grifols puede ejecutar una ampliación de capital. Opción que le permitirá reducir el apalancamiento financiero, eso sí. Pero las participaciones empresariales con pérdidas operativas seguirán estando allí.
El remedio será como dar una aspirina a un enfermo con gangrena en la pierna. Quizás este remedio mejorará el estado de ánimo del paciente, y le quitará un poco el dolor de cabeza, pero la pierna putrefacta seguirá estando allí.
Feliz viernes!
Disclaimer: No tengo ninguna posición de mi cartera de inversiones en las empresas comentadas en el correspondiente informe.
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