Roomba, ¿la nueva tostadora?
iRobot está reestructurándose, pero las ventas no se recuperan
Siempre intento dar segundas oportunidades a compañías que me han dado malas experiencias. Como es el caso particular de iRobot, el fabricante de los robots aspiradores con la marca Roomba. A principios de año me dejó un agujero considerable en la cartera, tras frustrarse la adquisición por parte de Amazon.
iRobot lleva meses reestructurándose y, por esto, he vuelto a analizarla. Quién sabe si encuentro una posible oportunidad en una turnaround story.
En el pasado, la compañía registró un historial fantástico de crecimiento hasta el 2020. En 2021 la tendencia de aumento de las ventas se truncó. Y, al siguiente ejercicio, coincidiendo con el anuncio de adquisición de Amazon, los ingresos cayeron en picado y las pérdidas de la empresa fueron épicas.
Pendiente de la absorción, la empresa hizo poco y menos. Pero cuando se retiró de escena, tuvo que recuperar el tiempo perdido y llevó a cabo muchos cambios: sustituyó al consejero delegado, despidió una parte significativa de plantilla y redujo el exceso de inventario de aspiradores sin vender.
Todos estos arreglos han llevado a la mejora de los márgenes operativos y de beneficios netos. No obstante, las ventas siguen sin recuperarse.
¿Qué sucede con las ventas de Roombas?
Haciendo una revisión a fondo de los comentarios de las finanzas, me di cuenta que iRobot no era muy precisa en lo que sucede con la venta del producto. Si los ingresos han bajado durante los últimos dos años, es porqué:
“El sentimiento del consumidor” ha cambiado
Ha aumentado la competencia
Han tenido que ajustar precios
Ha sucedido de todo, y todo a la vez. Algo ha estado cambiando y la empresa no sabe como explicarlo. Pero, tras leer los comentarios, empiezo a tenerlo un poco más clar: la Roomba de iRobot se está convirtiendo tecnológicamente en una tostadora1.
Hace unos años me compré un iRobot. Era la sustitución perfecta a pasar la escoba en el pasillo. Fue una inversión, que me valió más de 700 euros. Si, si, me los gasté. En aquél momento estuve contento con la compra, aunque no creo que repita la inversión en el mismo producto, en el futuro.
La Roomba ofrecía varias prestaciones que tardaron rápidamente a estropearse, como el control vía wifi o las paredes virtuales. Estas últimas a veces funcionan, a veces no, todo depende del día que tengan… Por otro lado, los recambios de filtros y escobillas son caros y he recurrido a sucedáneos que, seguramente, provienen de China.
En definitiva, la marca no lo valió.
iRobot tiene razón en cuánto la competencia. Hay una larga variedad de otras compañías que ofrecen el mismo aparato, incluso más barato. Sin ir más lejos, la cadena de supermercados Lidl ofrece un aspirador con su marca propia por 200 euros. Mientras que hay otras como Shark, Dyson o Roborock, con más prestaciones y mejor valoradas.
Al parecer, iRobot dio el nombre al producto, pero le están robando el invento.
Feliz miércoles!
Disclaimer: No tengo ninguna posición de mi cartera de inversiones en las empresas comentadas en el correspondiente informe.
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La historia dice que la tostadora fue un producto revolucionario que dio unas buenas ganancias a su inventor. La competencia, al ver estos beneficios, decidió replicar la tecnología y se lanzaron tostadoras a tutiplén al mercado. Por esto hablo de “tostadora” como un producto tecnológico ampliamente aceptado y cuyas marcas se diferencian muy poco, unas de las otras. Hay una larga lista de productos tecnológicos que han pasado por la misma experiencia: cafeteras, planchas, lavadoras, televisores, reproductores de CD…