'Turnaround stories', qué son y como se convierten en ideas de inversión
Pasos de un cambio empresarial y dos empresas que están en ello
La cuenta de Clark Square Capital en Twitter publicó hace unos días una buena lista de situaciones especiales. Se trataba de un conjunto de distintas oportunidades de inversión, basadas en cualquier tipo de catalizador. Tras darle un repaso concienzudo, identifiqué operaciones corporativas destacables, aunque algunas se resumían en el concepto de turnaround story.
En varias ocasiones he hablado de esta estrategia. Se trata de invertir en empresas que, por distintos motivos, su trayectoria cambiará para bien en el futuro inmediato. De ahí que se llame turnaround story: Un “historia de cambio”. Aunque antes de que sucedan tales transformaciones, yo le pongo el condicional “Y si…”.
Al contrario que un spin-off, me cuesta considerar este tipo de historias como una situación especial, o catalizador. Y, mucho menos, si no van parejos de una reestructuración, con operación corporativa incluida.
He analizado turnaround stories. También he invertido en ellas. En algunas gané rendimientos extraordinarios (Yahoo!, Bankia…) y en otras he perdido rotundamente (JC Penney1, LB Foster…). A continuación voy a destacar algunas de sus características e identificar cuáles son las claves de su éxito.
Espero que te guste este artículo, pero antes de continuar quiero comentarte una cosita. The Money Glory es un medio dedicado a las situaciones especiales de la bolsa (spin-offs, arbitrajes…) y otros análisis. Si quieres recibir información en profundidad sobre estos temas, te animo a que te suscribas:
¿En qué consiste una turnaround story?
Invertir en una turnaround story es una estrategia de inversión que tiene como objetivo buscar una empresa en proceso de cambio. En este, todas las reformas que tome le permitirán mejorar su negocio, restructurar sus finanzas, y así revalorizar las acciones en bolsa.
Todas (o la mayoría) de decisiones pueden estar lideradas por la dirección de la empresa. Pero a veces están incentivadas por agentes externos, como los llamados inversores “activistas”, como Carl Icahn, Bill Ackman o Paul Elliot Singer, por mencionar algunos.
El guion clásico de una turnaround story empieza en un “escenario A”, dónde las cosas no van como deberían. La empresa ha cometido una serie de errores empresariales a lo largo de los últimos ejercicios: como muchas adquisiciones desastrosas o se ha metido en segmentos de mercado sin obtener ningún éxito. Incluso puede que haya presentado una noticia mediocre y el mercado ha reaccionado excesivamente.
Todo ello hace que la cotización de esta compañía esté por los suelos.
Su management, o un inversor relevante, se da cuenta de esta situación y expresa públicamente la voluntad de cambiar las cosas. Dicho de otro modo, quieren pasar a un “escenario B”.
Que esto sea posible depende de las decisiones que se tomen y de los recursos que se tengan a mano. Pueden incorporar un consejero estrella, pero esto no es garantía de éxito; no todas las empresas son Apple, ni pueden pedirle a Steve Jobs que regrese.2
A mi parecer, no considero que todos los cambios que se ejecutan en el marco de una turnaround story sean una “situación especial” en si misma. Pues hay acciones como el despido de personal o el ajuste de gastos en distintas partidas, que son procedimientos más bien “habituales”. Aunque sacudan al negocio y a sus empleados, y mejoren ligeramente sus finanzas.
En cambio, hay algunas decisiones que considero como un acto de fe. Sobre todo cuando más incipientes son en relación con la transformación que desean llevar cabo. Pues hay algunas que no tienen ningún impacto en la valoración de la compañía. Pues el inversor debe preguntarse continuamente: “¿Irá a mejor? ¿Servirá de algo?”
Todo tipo de historias para todos los gustos
No hay turnaround story sin un catalizador. Si no hay cambios en marcha, ni chispazo, nada más puede provocar la revalorización de la cotización. Por esta razón, debemos identificar todas aquellas señales que marquen la nueva historia que nos quiera contar la empresa.
En el proceso de elaboración del escrito, identifiqué algunos catalizadores recurrentes. A continuación hay una lista de ellos, en orden in crescendo, en función del impacto que tienen:
Un conjunto de buenas intenciones. Declaraciones, entrevistas del CEO a la prensa especializada, o nuevas presentaciones para los inversores. Esto es el único material que sustenta la mejora de una empresa. Yo lo llamo buenas intenciones. Pero no existe la voluntad de hacer nada. Pues, aunque se “haga algo”, será el mismo equipo, con los mismos recursos, que cambiarán cuatro cositas.
Cambio de nombre. Otra transformación muy floja. Cambio de nombre empresarial, acompañado de un nuevo logo, con un eslogan mucho más intenso. Pero detrás siguen los mismos. Recuerdo algunos ejemplos, como cuando Ebioss se transformó en Akiles. O Zeltia en Pharmamar.
Cambio de CEO. Esto si que es un buen catalizador. Aunque también es una arma de doble filo. Un nuevo directivo liderando una transformación, aporta nuevas ideas y aire fresco. A veces funciona. Y se cobra muy buenos incentivos por hacerlo. Pero también hay ocasiones dónde el fichaje resulta un completo fracaso, y se lleva un buen bonus por ello. Un ejemplo: Ron Johnson, cuando se marchó de Apple para hundir a JC Penney3.
Reestructuración, a fondo. La turnaround story pasa por ajustar gastos, vender marcas, segmento de negocios o incluso llevar a cabo una reestructuración empresarial a fondo, como sucede actualmente en General Electric. Esto ya son palabras mayores y son los catalizadores de un verdadero cambio4.
Esta lista podría ampliarse, pero considero que con estos cuatro puntos hago referencia a los más importantes movimientos tácticos empresariales.
No suceden individualmente, sino que habitualmente se combinan. Un cambio de CEO puede seguirle una venta de filiales, por ejemplo. Justamente, es lo que sucedió cuando Marissa Mayer tomó el mando de Yahoo! en 2012. Meses después desbloqueó la venta de la participación de Alibaba. Quizás esta operación fue el mayor logro de su gestión5.
Por otro lado, si todas estas decisiones están bien combinadas y se aplican en un buen negocio, que cuenta con activos fantásticos, pueden ser la base del camino para el éxito. Y, por supuesto, los rendimientos extraordinarios.
Disclaimer: No tengo ninguna posición de mi cartera de inversiones en las empresas comentadas en el correspondiente informe.
© The Money Glory. Todos los derechos reservados. La información, datos, análisis y opiniones presentados en este documento no constituyen ningún tipo de asesoramiento financiero, ni asesoramiento específico a ningún inversor de forma personal. No representan una oferta de compra o venta de acciones, derivados financieros, renta fija o cualquier otro tipo de producto financiero. Tampoco se garantiza que la información publicada sea correcta, completa o precisa; y está sujeta a cambios sin previo aviso. The Money Glory no se hace responsable de ninguna decisión comercial, daños u otras pérdidas resultantes de, o relacionadas con la información, datos, análisis u opiniones o su uso. La información en este documento no se podrá reproducir, de cualquier manera, sin el consentimiento previo por escrito de The Money Glory.
Como terminó la compañía lo expliqué en 2020 en “J.C. Penney no sobrevive al coronavirus y pide el concurso de acreedores”
“Ron Johnson Killed J.C. Penney—But He Has Become One of the Brightest Minds in Retail”, 6 de octubre de 2019
“General Electric to split into 3 companies in latest restructuring”, 10 de noviembre de 2021
“Yahoo’s Marissa Mayer Has Run Out of Time for a Turnaround”, 2 de diciembre de 2015