Nathan's Famous y su fantástico modelo
Más que food trucks, hot dogs y la gran manzana
Llevo unos días dándole vueltas a la idea de invertir en Nathan’s Famous. Como ya sabéis, en verano viajé con mi pareja a Nueva York, dónde me percaté de la marca. A simple vista, el negocio parece simple, se trata de food trucks dónde venden hot dogs - de los que hay en todas las esquinas - y, según dicen, son de los mejor valorados de la ciudad. Aunque yo no probé ninguno.
Cuando volví del viaje, repasé sus cifras y saqué mi conclusión: se trata de un negocio muy focalizado. Limitado a las zonas más concurridas de ciudades de los Estados Unidos, como la gran manzana. Descartaba una expansión, como la que puede experimentar cualquier cadena de restaurantes fast food.
Dicho esto, dejé la idea en el cajón de “visto”.
Han pasado unos meses y me he vuelto a cruzar con Nathan’s Famous. Parece ser que se me escaparon algunos detalles de la compañía.
Sigue siendo una smallcap, con fondos propios negativos. Si fuera solo por eso, la habría vuelto a descartar inmediatamente. Pero hay datos que lo compensan con creces: Las ventas han aumentado a lo largo de los últimos tres años, los márgenes son buenos para un grupo de food trucks, y los retornos son excepcionales.
Si todo ello fuera más que atractivo, entre los mayores inversores está el fondo de Mario Gabelli, GAMCO.
¿Dicho esto, en qué me equivoqué en mi primer vistazo?
Resultó que mi idea del modelo de negocio de Nathan’s Famous estaba absolutamente equivocado. Si pensaba que se trataba de una cadena, dónde los food trucks era lo que sustentaba todo lo demás, craso error.
La empresa si que opera una red de franquiciados (alrededor de 230) y algunos restaurantes propios. De los primeros obtiene un porcentaje de sus ventas, en concepto de royalties, por proveer los alimentos, ceder las marca y algo más. Las ventas del total de restaurantes no es la mayor fuente de ingresos. Y apenas aporta un 4% a los beneficios operativos del grupo.
Lo que realmente importa de Nathan’s es todo lo que hacen otros con su know how. Tiene un conjunto de acuerdos con distintos socios, el mayor con Smithfield Foods, dónde estos hacen el trabajo: el de fabricar sus salchichas, sus patatas, sus salsas… Y venderlos en supermercados, tiendas de barrio, estadios de beisbol…
De este modo, el trabajo de Nathan’s es mantener la maquinaria comercial, invertir en anuncios y mantenimiento de la marca. Gracias a ello, recibe un porcentaje de las ventas que hacen otros alrededor del país, obteniendo un margen de beneficios magnífico en este segmento.
También por esta razón, la inversión de la empresa en activos físicos es mínima. Están sus oficinas y tres restaurantes específicos, uno de ellos el histórico, dónde empezó todo a principios de siglo XX, en Coney Island.
Mis dudas en cuánto una inversión aparecen dando un vistazo al historial de Nathan’s Famous. Sobre todo en relación a las decisiones que tomó la directiva en el pasado: En 2018 decidieron repartir un dividendo extraordinario, que derivó en una deuda de 150 millones de dólares.
El momento de ejecutar ese reparto fue malo. Al cabo de poco hubo el parón por el covid y, posteriormente, el incremento de los tipos de interés.
Todo ello habría hundido un negocio mediocre. Por suerte, los altos rendimientos de Nathan’s le han permitido seguir obteniendo beneficios; amortizar el pasivo acumulado; repartir dividendos y, además, recomprar acciones.
A cambio, por aquél desafortunado dividendo, su cotización ha quedado rezagada a lo largo de cinco años.
A estas alturas, no tengo claro que busco en Nathan’s Famous. Quizás una compañía que se está recuperando. De hecho, si comprase hoy, lo haría en vistas de un saneamiento del balance. Y, más adelante, que la dirección sea sensata, y aproveche la generación de caja en algo mucho mejor.
Pero me lo sigo pensando…
Feliz lunes!