La industria del petróleo antes del Covid
El fracking y las nuevas técnicas que impulsaron el boom del petróleo en 2010
Con los años se ha llegado a un consenso para la transformación del modelo energético. Por eso los gobiernos de distintos países están buscando acuerdos para sustituir el petróleo y el gas por energías limpias y renovables. El sector financiero ha tomado nota de inmediato y ha replicado esta actitud a través de la implantación de políticas ESG (Environmental, Social and Governance). Por esto, ahora invertir en la industria petrolífera también "es feo".
La industria energética está cambiando el modelo por obligación. No obstante la producción de petróleo, y todas las actividades complementarias, no desaparecerán de un día para otro. Durante la última década, el sector ya ha vivido distintos sucesos, que podríamos clasificar en diferentes fases del ciclo económico del capital.
Los hechos más recientes, la combinación del período de pandemia con el estigma que vive la industria, ha dejado cotizaciones de empresas petrolíferas y gasistas a niveles muy baratos. Como inversor, considero que es un buen momento para mirar con buenos ojos a las empresas que cubren las fases de exploración, producción y refinería de petróleo.
Pero, ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Cuáles son los principales sucesos de la industria energética de los últimos años? A continuación lo reviso.
Espero que te guste este artículo, pero antes de continuar quiero comentarte una cosita. The Money Glory es un medio dedicado a las situaciones especiales de la bolsa y otros análisis. Si quieres acceder a los análisis de spin-offs, el tutorial para invertir en estas separaciones y al contenido de otras ideas de inversión, te animo a que te des de alta como usuario premium:
El “boom” de la fractura hidráulica
La evolución de los combustibles fósiles en los últimos veinte años podría servir de ejemplo para más de un curso de economía. Durante este período el petróleo ha vivido una revolución, una expansión y dos crisis.
Si observamos la evolución del precio de referencia West Texas Intermediate (WTI) veremos que el máximo se registró en 2008 en 140 dólares el barril, coincidiendo con el pico de la burbuja inmobiliaria. La posterior crisis financiera provocó la disminución de la demanda energética, y así también la caída de la cotización del crudo.
Pero la recuperación fue rápida y entre 2010 y 2014, el WTI llegó de nuevo a niveles de 100 dólares el barril. De hecho, la industria petrolífera vivió una fase expansiva, tras la crisis financiera. Ésta fue el resultado de la recuperación de la demanda, pero también el aumento de la oferta tuvo algo que ver.
Estados Unidos emergió como un destacado productor. Gracias a la implantación de nuevas tecnologías, se incorporaron nuevas regiones al mapa geológico de extracción de crudo. Esto permitió posicionar al país como primer productor internacional. En cuestión de cinco años, Estados Unidos pasó de ser dependiente energético a ser exportador neto de petróleo.
Según el Wall Street Journal1, el boom del petróleo empezó en 2008 con la primera perforación en Cotulla, un pueblo situado en el estado de Texas, y que forma parte del Eagle Ford Shale. Una región que se caracterizaba por almacenar "petróleo no convencional" bajo tierra. Esto significaba que el crudo no se encontraba en un pozo, sino que estaba incrustado en la piedra. Para extraerlo, las compañías debían aplicar la fractura hidráulica, un método conocido también como fracking2.
El aumento de la demanda de crudo elevó el precio del barril. Esta situación incentivó la inversión en Eagle Ford. Pero también lo hizo en regiones tradicionalmente petrolíferas como Texas, o en otros estados. Sobre todo en Dakota del Norte, donde se pasó de producir 62,3 millones de barriles en 2008 a 429,6 millones anuales en 2015.
Además de la fractura hidráulica, otra innovación que se puso de moda durante ese período fue la perforación horizontal. Esta tecnología permite perforar y extraer petróleo y gas de distintos niveles del subsuelo, a través de una misma torre. A nivel económico, esta tecnología es muy atractiva pues de cada pozo se obtiene una mayor producción y eleva la rentabilidad de cada inversión.
Si nos servimos del manual de la escuela de economía austríaca, el precio habría incentivado la oferta. El rendimiento de las inversiones petrolíferas se rige por la cotización del barril, según el West Texas o el Brent. Cuando más alta es su precio, más asumible es una inversión elevada, como la que requiere el fracking.
En un escenario de 100 dólares el barril de petróleo, las perforaciones que requieren mayor inversión empiezan a registrar márgenes atractivos.
Por esto, los precios incentivaron la entrada de nuevos participantes al mercado energético, con capital para invertir. También alimentó las operaciones corporativas. En el año 2009 Exxon Mobil XOM 0.00%↑ compró XTO Energy por 31.000 millones de dólares, mediante un canje de acciones3. Los activos de esta compañía estaban formados principalmente por concesiones en regiones dónde se usaba la fractura hidráulica para obtener petróleo.
Teniendo en cuentas que todas las fases de la cadena de producción eran rentables, las divisiones de los grupos energéticos estaban en el orden del día. Marathon Oil4 y Murphy Oil MUR 0.00%↑ separaron la fase downstream correspondiente a las gasolineras.
ConocoPhillips COP 0.00%↑ ejecutó un spin-off de sus refinerías, que pasarían a llamarse Phillips 66 PSX 0.00%↑ . Incluso los negocios complementarios como Civeo, residencias para trabajadores del sector, se incorporaron en bolsa con la intención de convertirse en una sociedad inmobiliaria (REIT).
El choque de la oferta
El fracking se popularizó hasta el punto de que muchas compañías incrementaron sus intereses a nivel internacional. En Cataluña recibimos la propuesta de BNK Petroleum para explorar petróleo en las montañas de la comarca de Ripoll.
Estas ofertas estaban vacías de contenido, por compañías cuyo mayor negocio era comprar y vender concesiones. Sin embargo, su historial como perforadoras era limitado, o inexistente. Esta bandera roja, sumada al resto, nos informaba de que estábamos viviendo una burbuja.
Tradicionalmente, los booms no se terminan de un día para el otro. No hay un momento específico en el que el mercado se da cuenta de que se ha pasado de frenada. En cambio, sí que hay varios factores que detienen las expectativas de los participantes. Aunque esto sucede en cuestión de días, meses o años.
En 2014 el precio del barril de petróleo se hundió. Los motivos fueron variados. La teoría más extendida fue el aumento de producción deliberada por los países de la OPEP, frente a la incesante creciente competencia de Estados Unidos.
Según el libro "Oil 101" de Morgan Downey, la cantidad de barriles que producen los países de la OPEP es desconocida. Se realizan estimaciones, en función del número de cargueros que atraviesan el canal de Suez o el Cabo de Buena Esperanza. Por eso esta acusación es imposible de confirmar, pero plausible.
Debido al incremento de la producción de Estados Unidos, países como Nigeria habían dejado de exportar petróleo. Y, por primera vez después de muchos años, el Congreso estadounidense aprobó la posibilidad de exportar crudo de las reservas estratégicas, a otros países.
Ante este panorama, con el objetivo de devolver la estabilidad a los miembros de la OPEP, a países como Arabia Saudí no les costó nada abrir un poco el grifo.
El precio del barril se hundió, provocando un efecto dominó. Primero en las empresas de la fase upstream, que debían vender por debajo del coste de producción. Las operaciones corporativas que se habían realizado tuvieron que revisarse. Sobre todo porque las estimaciones fueron demasiado optimistas y no coincidían con los ingresos reales de los siguientes trimestres.
Esto provocó una caída generalizada de las cotizaciones del sector. Como se ve en el gráfico, las grandes corporaciones estadounidenses se hundieron en 2015. Por otro lado, las industrias complementarias como los servicios de prospección o propietarios de tecnología de fracking se quedaron literalmente sin trabajo.
La estabilización del precio de barril requirió distintas negociaciones entre los países que forman el cartel de la OPEP. Ni por encima de los 100 dólares era coherente, ni tampoco lo eran los niveles entre 20 y 40 dólares. En esa franja baja no había ningún productor que le saliera rentable la inversión al perforar. Los encuentros dieron su fruto y la cotización se reavivó.
A partir de entonces, el coste del barril de brent aumentó progresivamente. Esto prometía una recuperación del sector e incluso incentivaba la producción de nuevo en las regiones de moda como Dakota.
Pero cuando parecía que la industria empezaba a funcionar, el coronavirus entró a escena. Este episodio castigaría a todos los sectores relacionados con las materias primas. Pero a los combustibles fósiles también les llegaría su hora, de la mano de la opinión pública. Que quería un cambio, hacia algo más verde…
Disclaimer: No tengo ninguna posición de mi cartera de inversiones en las empresas comentadas en el correspondiente informe.
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“How Crude Oil’s Global Collapse Unfolded”, 12 de diciembre de 2014
“¿Qué es el fracking o fractura hidráulica?”, 29 de junio de 2021