Reseña del libro "Against the Gods" de Peter L. Bernstein

El riesgo es un concepto abstracto que distintas industrias necesitan dominar. Las entidades bancarias o las aseguradoras deben gestionar el riesgo, para traducir la incertidumbre en beneficios. “Against the Gods” es un libro escrito por Peter L. Bernstein de divulgación científica, donde explica cómo el ser humano ha intentado domesticar los fenómenos desconocidos, a través de las matemáticas, la ciencia y las revoluciones filosóficas.

Las civilizaciones antiguas creían que el destino estaba controlado por los caprichos de los dioses. Las batallas las ganaban los héroes, en función del humor con el que se había levantado el dios Marte. Atenea, en cambio, acompañaba los pasos de Odiseo en su regreso a casa. Si las fichas ya estaban escogidas, ¿qué interés tenía intentar estudiar el futuro?

AGAINST THE GODS, UNA HISTORIA SOBRE LA SUERTE

No fueron ni los griegos, ni los romanos, los que nos legaron la incertidumbre. Lo hicieron los árabes, con la palabra azar (zahr), que inicialmente era para designar las flores. Durante las cruzadas, se adaptó en hasart, para denominar el juego de los dados.

De hecho, el juego fue el punto de partida de muchos pensadores para reflexionar sobre la incertidumbre y el riesgo inherente de cada decisión. Uno de los pioneros fue el matemático Blaise Pascal, quien entre temporadas de reflexión, era asiduo a las casas de apuestas. Los juegos de azar como la ruleta o los dados supusieron la base del pensamiento sobre cómo calcular las probabilidades y el concepto del valor esperado, en función de cada apuesta.

Cuando se conocen a priori los posibles resultados, estimar las probabilidades de un suceso es relativamente fácil. El problema, es que la realidad no se comporta como un juego de azar. El éxito en la toma de decisiones, cuando se trata de invertir, montar una empresa, o pedir para casarse a alguien, depende de muchas variables y el resultado puede ser diferente.

Distintos estudiosos descubrieron que la acumulación de datos, permitía identificar patrones. En el estudio de la evolución demográfica o las alturas de diferentes personas. A través de la medida de nacimientos y defunciones, se podía conocer cuál era la progresión demográfica de los pueblos. Esto era una información muy útil, que más adelante evolucionaría hasta convertirse en las tablas actuariales, que son imprescindibles para las empresas de seguros.

“Against the Gods”, hace énfasis desde el mismo título, en que esta transformación no sólo era de tipo científico, sino que también era de tipo intelectual. Al contrario que en la época antigua, y una vez superada la edad medieval, los pensadores determinaron que los actos ya no se abandonaban a la suerte. Sino que el éxito de cada proyecto dependía de cada uno, sobre todo si se conocían las incertidumbres.

De hecho, la expansión territorial y el mercantilismo no habría sido posible sin la estadística, la probabilidad o el trabajo con datos. Los comerciantes que recorrían las rutas marítimas, necesitaban saber qué vías eran las más seguras para llegar a cada puerto, así podían asegurar sus naves. La lonja de información más conocida del siglo XVII era el café Lloyd's de Londres. Los datos que allí se publicaban eran las necesarias para que cada capitán y asegurador se pusiera de acuerdo y los viajes a lugares desconocidos fueran posibles. Más adelante Lloyd's dejó de ser un café para convertirse en el broker de seguros más importante del planeta.

El libro de Bernstein no es convencional. Habla de estadística, pero no lo hace como los profesores de universidad que se limitan a recitar las fórmulas. La historia le sirve de contexto para adentrarse en conceptos y herramientas que son utilizados diariamente para gestionar el riesgo. Con siglos y siglos de historia, el ser humano cree que ha llegado a domesticar la incertidumbre: con hojas de Excel y un largo catálogo de productos financieros. Aunque los Dioses no nos controlen, la aparición de algunos hechos inesperados como la propagación del coronavirus nos demuestra que tampoco lo hacemos mejor que ellos.