El modelo de negocio de PayPal y el oligopolio del plástico
Visa y Mastercard siguen controlando el mercado a pesar de la competencia digital
Antes que el fintech se impusiera, como un sector de moda, PayPal ya había escrito unos cuántos años de historia. Fundada por Peter Thiel, su modelo de negocio tenía como objetivo facilitar los pagos a los inicios del comercio virtual. PayPal se fusionó con X.com de Elon Musk y, finalmente, acabó bajo el paraguas de eBay.
El inversor Carl Icahn propició su incorporación en bolsa mediante un spin-off y ahora, sola en la bolsa, podemos observar el potencial de uno de los pioneros de los pagos online.
Espero que te guste este artículo, pero antes de continuar quiero comentarte una cosita. The Money Glory es un medio dedicado a las situaciones especiales de la bolsa (spin-offs, arbitrajes…). Si quieres recibir información en profundidad sobre estos temas, te animo a que te suscribas:
PayPal tiene el privilegio de ser una institución de los pagos virtuales en Internet. Sí Google es el referente de las búsquedas, PayPal se ha convertido en el comodín de las compras virtuales. Aunque su batalla empezó en casas de subastas, dónde los usuarios eran más activos virtualmente, y sobre todo en eBay como cuenta el libro "PayPal Wars".
Actualmente, la mayor parte de comercios electrónicos aceptan recibir fondos de esta empresa, que en el primer trimestre de 2106 informaba de 184 millones de cuentas activas. Estos datos convierten a PayPal en una referencia como una plataforma de pagos válida. Mejor que el Bitcoin; la divisa digital que prometía arrasar con las monedas tradicionales como el euro o el dólar.
El mercado del plástico
Actualmente, Visa y MasterCard se reparten la mayor cuota del mercado del plástico, con grandes beneficios. Estas dos compañías estadounidenses disfrutan de un oligopolio consolidado, que han sabido gestionar a través de las economías de red y los costes de cambio, y les reporta un margen de explotación que se mueve entre un 30% y un 50% de las comisiones facturadas.
Las entidades financieras no tienen un amplio catálogo de tarjetas de débito y de crédito, sino que le venden al cliente el producto con el que ellos tienen los mejores tratos. En mi caso particular, siempre me han ofrecido Visa, sin que yo pudiera elegir la tarjeta que me ofrece las mejores condiciones.
Esta situación obliga de facto a que la mayoría de las transacciones electrónicas de los clientes pasen a través de Visa o MasterCard, no importa la entidad financiera emisora ni receptora. Una excelente situación de mercado para ellas, pero no por los usuarios, ni tampoco para PayPal.
PayPal es una pasarela de pagos, no una plataforma. Su actividad es redistribuir el dinero, de un cliente a otro. Para ello, utiliza las transferencias bancarias a través de cuentas corrientes o el pago mediante las mismas empresas de tarjetas. Esto también es una vía de disminuir el riesgo operativo. A cambio, PayPal destina un 30% de su facturación a las comisiones que debe pagar a Visa, MasterCard, American Express...
El hecho de que PayPal pague peaje a las plataformas electrónicas, se parece al funcionamiento de los operadores de telefonía en España, que tienen que pasar por la estructura de cableado de Telefónica. Al ser la antigua empresa pública la propietaria de la infraestructura, las empresas competidoras deben pagar para utilizar sus líneas.
Esto no ha echado a los competidores, al contrario, Vodafone u Orange por ejemplo, han sabido encontrar su nicho de mercado y a la vez ofrecer un catálogo de servicios competitivos. Eso si, sin lugar a dudas, Telefónica sigue con el monopolio de las infraestructuras.
Los competidores de PayPal
Hasta el año 2010 Visa y Mastercard eran plataformas de pagos. Sobre el papel, en la descripción de la presentación de resultados anual, no fue a partir de ese ejercicio que incorporaron el concepto "tecnológico" en la definición de su negocio.
PayPal hace el trabajo que no hacen el resto de empresas consolidadas del sector del plástico. Un 10% de sus ingresos van dirigidos íntegramente al desarrollo del producto, mientras que las otras empresas tienen dividida su estructura de costes con el objetivo de sostener su red, garantizar la seguridad y reforzar sus vínculos comerciales.
¿El oligopolio del plástico podría empezar la carrera tecnológica y hacer sombra a PayPal? Por supuesto; estas compañías tienen el margen suficiente para conseguirlo. Pero, ¿por qué deberían hacerlo? Cada cuenta que se da de alta en PayPal se traducen en comisiones que paga al oligopolio. Esto le da el estatus de excelente negocio complementario, no de sustituto.
Más peligrosas son otras alternativas. Amazon Payments, por ejemplo. El gigante del sector retail no sólo tiene su propio sistema de pagos virtual, sino que no acepta otro. La ventaja superior al resto de alternativas, como Google Payments, Apple Pay o Skrill, es que Amazon Payments es una puerta de entrada a su fabuloso catálogo de productos.
El grupo de Jeff Bezos ha demostrado con otros proyectos, como el Amazon Web Services, que son capaces de transferir su conocimiento a servicios innovadores y llegar a ser los líderes indiscutibles. Google intenta forzar la máquina fuera de los dominios de su buscador y el correo electrónico, pero falló estrepitosamente imitando el modelo de negocio de las redes sociales o con la invención de las Google Glasses. También es un cuarto actor del mercado del cloud, después de Amazon, Microsoft e IBM.
Mientras que PayPal goza de una enorme base de usuarios, y con una mayor penetración en la web, Amazon Payments parte con la ventaja de la base de usuarios de su megastore.