Bienvenido 2023! (No se lo digas, pero el 2022 fue un poco desastre)
Despedimos un año de rendimientos negativos y de vuelta a la realidad económica
Bienvenido 2023!
Estrenamos nuevo año con las esperanzas muy altas. En mi caso, quiero llevarme todos los rendimientos que no he conseguido en 2022. Quiero ver subir a todos aquellos spin-offs que se quedaron rezagados durante el último año. Y quiero ver las pantallas en verde. Este es mi deseo en el terreno económico y sé que lo comparto con muchos inversores más.
Porque, hablando en plata, el año pasado fue horroroso. Sabíamos que la corrección llegaría. Era imposible que los “rendimientos fáciles” perdurarán en el tiempo. Pero como cuando te sacan una muela, por mucho que te mentalices, cuando pasa, duele. Y muchísimo.
De todas las historias que he estado siguiendo a lo largo del ejercicio, la más icónica ha sido la adquisición de Twitter por Elon Musk. Para mi, la que resume mejor el 2022. A continuación explico el romance del empresario con la red social, además de describir el momento de euforia post pandemia y cuatro apuntes sobre esta newsletter.
Espero que te guste este artículo, pero antes de continuar quiero comentarte una cosita.
The Money Glory es un medio dedicado principalmente a las situaciones especiales: spin-offs, arbitrajes, campañas de activismo… El tipo de operaciones que pueden dar rendimientos al margen de lo que sucede en las bolsas.
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Elon Musk, el inversor de 2022
Elon Musk tuvo un romance un tanto extraño con Twitter. Durante meses, el millonario estuvo tanteando el terreno. Ya era uno de los perfiles incombustibles de la plataforma social. Pero además, quería formar parte de las entrañas de aquél circo. Quería engrasar la maquinaria, porqué desde fuera se había dado cuenta que no funcionaba.
“¿Y quién mejor que él para arreglarla?”, debió pensar.
Primero, quiso entrar en el consejo de administración. Pero, ay, había poca química con los directores. Además, debía seguir un conjunto de formalismos legales, que no iban con él.
Por esta razón, pasó al ataque. Puso las cartas sobre la mesa y presentó una oferta de compra. No había vuelta atrás. La calificó de “binaria”, pues los accionistas de Twitter debían aceptarla o rechazarla. Pero no estaba abierto a ningún tipo de negociación.
Musk se lanzó a la caza de la red social en su mejor momento financiero. Forbes lo había nominado como el hombre más rico del mundo. Las acciones de Tesla estaban en sus máximos. Esta situación no solo le daba alas, sino también servían de elemento indispensable para usarlas como colateral para financiar parte de la adquisición.
Todo parecía indicar que era un momento óptimo.
Igual que Tesla, Twitter cotizaba en un mercado optimista (aunque lo hiciera en muy baja forma). Veníamos de 2020 y 2021, años en los que hubo una fuerte revalorización de cualquier activos financiero. Y, aunque tuviera pérdidas y necesitara un lavado de cara, Musk ofreció 44.000 millones de dólares por la compañía. Un 38% por encima de su precio de mercado.
A partir del lanzamiento de la oferta, empezaron a surgir los problemas. Los reguladores de las economías occidentales (Banco Central Europeo, Reserva Federal…) empezaron a tomar medidas para frenar las subidas de precios, y aumentaron los tipos de interés. Las cotizaciones se resintieron de esta medida, y las bolsas bajaron.
Qué desafortunada situación para Musk, que hubiera podido comprar mucho más barato. Solo si hubiera esperado unos meses…
Fue al mismo tiempo - y creo que no fue fruto de la casualidad - que el millonario empezó a encontrar pegas en la red social. Lo que en un principio fue una oferta “binaria”, se convirtió en una adquisición con una larga lista de matices. Primero pareció que los datos no estaban bien, después tuvo sus roces con los desarrolladores y, finalmente, fue él mismo quién retiró su oferta (binaria) inicial.
El final de la operación corporativa ya la sabemos. Después de un breve encontronazo judicial, pagó por Twitter. No sé como le irá desde el punto de vista empresarial, pero como inversor, las circunstancias bursátiles jugaron totalmente en su contra.
Optimismo a raudales
Considero que llegó un momento cuando Musk se creyó infalible. Todo le sonreía cuando quiso comprar Twitter. Ganó con acciones, especuló con criptomonedas (el errático dogecoin), e hizo un sinfín de operaciones de mercado. Con la mayoría de ellas, ganó más dinero que nadie. Pero todo ello sucedió antes del estreno de 2022.
En otra liga, muchos inversores tuvimos también la suerte de estar en el mercado. Y, también, nos empapamos de optimismo. Entre 2020 y 2021, a pesar de la pandemia del coronavirus, todo subió. Y hubo muy pocas empresas que nos dejaron un pequeño agujero en nuestra cartera (en mi caso fue Rafael Holdings, y fue más que una pequeña fisura).
El optimismo es un sentimiento que se nota en el ambiente. Lo de los últimos años, lo viví tal y como lo expliqué en mi otro blog de historias: “Aventuras de un inversor de pacotilla”. Pero también lo identifiqué en cuentas de Twitter, que llevaban poco tiempo en el sarao de invertir, pero ya hacían las siguientes recomendaciones:
“Hay que estar invertido siempre”
“Hay que apalancarse para aprovechar las subidas”
“Tener cash es perder dinero”
Esto no eran otra cosa que declaraciones intencionadas, en tiempos de bonanza. El mercado estaba confiado y su voz era el de personas que no tenían ningún temor a perder sus ahorros. Quizás porqué algunos de estos autores nunca habían vivido una temporada de osos. O, dicho de otro modo, otra fase del ciclo bursátil.
Más adelante se rebajaron los ánimos. No tengo demasiado claro si se han apaciguado del todo. Pero, después de lo vivido, encaramos un 2023 que me parece fantástico.
Tenemos la oportunidad de sentar la cabeza y observar el mercado desde un prisma más tranquilo. Debemos estar alerta, sobre todo por todo tipo de variaciones e impacto en el negocio de las compañías (en gastos, en costes financieros…). Pero la moderación en las cotizaciones, sobre todo en tecnológicas (Tesla, Amazon, Facebook…), nos brinda la oportunidad de encontrar buenos negocios a mejores precios.
The Money Glory en 2022
A lo largo del último ejercicio puse en marcha este substack. Se trata de la versión 2.0 de mi página web, que llevaba en funcionamiento desde 2008. Mi objetivo para este nuevo proyecto era dar a conocer situaciones especiales y analizarlas en profundidad. Aunque poco a poco me he concentrado en el desarrollo de spin-offs y algunos arbitrajes.
Es un trabajo complicado. Como escritor y como analista. Nunca sé si doy demasiado información, o muy poca. ¿Me he perdido alguna operación interesante? Seguro. ¿Debo publicar operaciones mediáticas o separaciones de empresas pequeñitas, que no conoce nadie, pero prometen mayores rendimientos? Soy partidario de lo segundo.
A veces me dicen que escribo muchas cosas. Mi intención no es publicar mucho, sino que todo lo que haga sea de utilidad para muchos inversores. Esto lo he aprendido después de cuatro años dando clases de bolsa, para principiantes.
Por mucho que diga, dé ejemplos, desarrolle temas… A veces una sola idea es la que da en el clavo. Es “aquello”. Quizás el concepto que nunca habrías imaginado. Y esto sirve para toda la vida.
En mi caso, y esto lo repito hasta la saciedad, fue el libro “You can be a stock market genius” de Joel Greenblatt y el desarrollo que hace de las estrategias para invertir en situaciones especiales. Por su culpa estoy escribiendo ahora estas frases, análisis sobre spin-offs y resúmenes semanales. Como inversor, es lo mejor que me ha sucedido.
Por esto, me gustaría que esta newsletter hiciera la misma función. No quiero ponerme al nivel del gran Greenblatt. Pero quisiera que The Money Glory fuera el “tipping point” para aquél inversor que está perdido en “esto de la bolsa” y aún no ha encontrado su estrategia. Es muy fácil cansarse y perderse por el camino de la inversión en valor. Antes de esto, que respire y le dé un vistazo al mundo de las situaciones especiales.
Quizás encuentra un nuevo modo de comprender la bolsa.
Gracias por el apoyo y seguir leyéndome semana tras semana. Sea después de muchos años, o quizás desde hace pocos meses. A todos, feliz y próspero año 2023.
Joan Anglada Salarich